redactorjosé lópez



miércoles, 19 de mayo de 2010

Nëstor "Pototo" Paniagua


No quiero narrar su campaña ni decir que es mi amigo o estamos muy cercanos por vivir en el mismo pueblo, no. Solo recuerdo aquellos días donde pasaba por boletería para verlo combatir, como he visto a otros muchachos compoblanos que dieron lo suyo con las mismas ganas. Néstor, o "Pototo", llegó a un cinturón Sudamericano por lo cual a las perdidas todavía es nombrado por algún entendido en la materia. No hizo dinero peleando, porque eso se logra cuando en los puños se tiene "pólvora", según la jerga, y el negro era un "bisteador" que no tenía esa cualidad noqueadora, pero daba gusto verlo "capear" como un torero de lujo, así trataba a sus adversarios. Y como estoy en plano de nostalgia por una época donde en la ciudad florecían los "peleadores", no puedo olvidar cuando finalizando su página profesional, sirvió de escalón a un rival que ni siquiera estaba a su altura o capacidad. Entonces combatió para cobrar la bolsa que le daría el techo propio, y ya no se entrenaba. El mismo me lo contó, cuando le dije que ese "paquete" no podía tumbarlo y entendí su argumento. Fue ese día en la "tele" donde colgó definitivamente los guantes poniendo sus rodillas en la lona y me sentí muy triste. Aunque la imagen que guardo de su estampa entre las sogas fue cuando peleó en el Club Unión con Condorí, quien fuera Campeón Mundial y en la esquina de Janssen y Güemes creimos que se venía un "campañón" para Néstor y el gimnasio de los repolleros explotó de emoción y alegría. Hoy el negro labura como cualquiera, aunque nunca dejó de hacerlo, y pienso que nadie le ofreció jamás ponerlo a enseñar el arte de los puños con un respaldo "oficial" como se da en otros lugares. No hacía falta demasiada inversión o gasto, como se lo quiera llamar, pero es historia pasada. Hoy escuché sus canciones, porque te cuento amigo, que el morocho también tiene vena de poeta y es un cantor "orillero" con un decir popular de palabras justas. Antes, al sonar la campana hasta el banquito le sacaban, como decía Ringo Bonavena, y quedaba solo detrás de sus puños. Ya no sube a los cuadriláteros pero si a los escenarios para enfrentar al público entonando su música de puño y letra.
Por eso te celebro Campeón, seguí pegándole cachetadas a la vida que al final de cuentas nadie te regaló nada. (José López)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es cierto yo también escuche sus canciones están barbaras -Seguí cantando negro SUERTE - fRUTILLITA

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